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La nueva polí­tica de Trump ¿a quién favorece realmente?

La nueva polí­tica de Trump ¿a quién favorece realmente?


Luis Rondón Paz

HAVANA TIMES ? El pasado viernes estuve pendiente de cada palabra del presidente de los Estados Unidos de América. En lo personal, considero que su discurso fue un espectáculo político bien orquestado para congraciarse con la extrema derecha de ese país, concentrada principalmente en Miami.

Por unos instantes me cuestioné si realmente es verdad lo que estaba viendo, no me cabía en la cabeza que una potencia tan experta en comunicación fuera tan torpe. Ah! No es el país, es La Administración de Donald Trump, la cual ha demostrado que  no tiene ni idea de lo que está sucediendo en Cuba, cómo sobrevive la población cubana, y cuánto sufre por culpa del bloqueo económico y financiero.

Dicho sea de paso, con este retroceso en las relaciones entre las dos orillas, es el actual régimen vigente en Cuba quien continúa beneficiándose  y no el pueblo.

No logro entender cómo es posible que el discurso de uno de los empresarios más ricos de Los Estados Unidos de América, sea tan carente de conocimiento de la realidad cotidiana cubana.

No me mal interpreten. Es cierto que en Cuba se violan los derechos humanos que señaló el señor Trump, y es típico que eso suceda en un país militarizado que importó la ideología política de las viejas potencias europeas durante la pasada Segunda Guerra Mundial.

Esto es una debilidad para el pueblo cubano y una gran oportunidad que están usando muchos países para posicionar su empresa en Cuba, ya que la Mayor de las Antillas es una fábrica de mano de obra barata y, lamentablemente, por desconocimiento y miedo la población ha adoptado una postura que se confunde entre oportunismo, conformismo y egoísmo, debido a las condiciones en la que se vive el país.

Pienso que para cualquier empresario capitalista es el lugar perfecto para sembrar su imperio. Pues no tiene que preocuparse por garantizar a sus empleados las condiciones básicas para su bienestar.

Pero bueno, regresando al tema Trump. ¿A quiénes afecta realmente este retroceso?

Principalmente al pueblo cubano y al turista estadounidense.

Un persona que vive en los Estados Unidos, que viaja Cuba amparada por la categoría de persona a persona (people to people), tiene el privilegio de establecer contacto directo con otro tipo emprendedor cubano, se hospedará en casas particulares y podrá tener una idea de cómo realmente vive un sector de la familia cubana. Y lo más importante, el dinero se quedará en manos de esas familias y no del Gobierno cubano.

Cuando la Administración de Trump condiciona que las visitas a Cuba sean por grupos, está privando de empleo a mucha gente que se gana la vida como guías bajo la sección estadounidense de persona a persona. Y para trabajar con grupos en Cuba, en la mayoría de los casos debes formar parte de la bolsa de empleo, que dicho sea de paso, es estatal.

Ahora me compete señalar un tema vital en este texto:

El empoderamiento  individual se pierde casi por completo, uno de los puntos que el anterior presidente señaló sobre cómo una vía para generar cambio en Cuba desde dentro; cuando una persona desde los Estados Unidos establece contacto directo con un cubano, se hospeda en su casa, conoce su familia, su forma de vida, es un hecho que aprenderá que la sociedad cubana no es lo que los medios masivos han difundido durante décadas, y aprenderá a valorar la gran riqueza en valores del nacional, identificará sus verdaderas debilidades y comprenderá que el embargo es un negocio que a quién beneficia es a quienes están en el poder en las dos orillas.

Por la parte de Cuba, el de aquí podrá conocer que no todos los estadounidenses son insensibles, banales y fríos, de primera mano sabrá de otras realidades, otras culturas que tienen por qué destruir los valores cubanos.

Es una fuente de empleo directa para quienes trabajan en el sector turístico alternativo, el Transporte, el arte en sus diversas manifestaciones, la micro empresa del tabaco y otras areas de la Agricultura, en la Construcción, la alimentación, y también ayuda a personas que carecen de medicamentos, uno de los temas tan sensibles para la población cubana de a pie.

Ahh! Y en las tiendas recaudadoras de divisas que existen en Cuba quienes compran son los cubanos, con la excepción de algunos turistas que adquieren solo agua.

Cuando las personas tienen estos problemas medianamente resueltos comienza a pensar en otras cosas, sus motivaciones dejan de ser trabajar para comer, comienza a cuestionarse muchas cosas que no funcionan en su país, hasta el momento que comienza a actuar para transformar esa realidad. Eso se llama empoderamiento, eso se llama transformación individual para impulsar el cambio colectivo.

Lamentablemente la nueva política de Trump ha frustrado todo eso.

Ahora pregunto. ¿A quién realmente está ayudando la nueva política de la Administración estadounidense?


Publicado en:http://www.havanatimes.org/sp/?p=124254

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