¿Qué hay de cierto del bajo índice de criminalidad en Cuba? No mucho. Ha quedado registro en reiteradas ocasiones de un grave índice de violencia, en especial en jóvenes de la isla. Un reciente reportaje de Diario de Cuba recoge la preocupación de los pobladores de Santiago de Cuba por el incremento en robo de viviendas, que en ocasiones se produce con violencia.
Una exclamación lamentable: “Ya no me siento seguro en mi casa a ninguna hora” comenta un habitante de Santiago, cuyo grado de violencia lo mantiene en vilo.
Miles de dólares han sido invertidos en la instalación de cámaras de seguridad de vigilancia en aquellas zonas de interés turístico bajo la excusa de estar luchando contra la prostitución, proxenetismo y en aras de garantizar la seguridad de los visitantes, pero es ahí donde entra la interrogante: ¿y de los habitantes quién se preocupa?
/p> “Me han robado en los últimos meses en dos ocasiones en la casa: a fines de diciembre de 2016 y en febrero de este año”, dijo José Armando Varona. “La primera vez, entraron a las 10:00 de la noche, mientras mi esposa atendía a mi hija pequeña en el cuarto y yo no me encontraba en la casa, y la segunda, mientras dormíamos”, añadió y aclaró que no hubo violencia, reseña DDC.
“La única solución que encontré fue mandar a enrejar mi vivienda completa, con el gasto que esto representa. Nada de lo que perdí ha sido recuperado, ya he perdido las esperanzas de hacerlo”, dijo.
A juicio de Varona, “la Policía muchas veces sabe quién es el ladrón” “Ellos conocen los barrios, además tienen informantes donde quiera, que están pendientes de todo menos de lo que deben estar. Si hicieran su trabajo como deben, nada de esto sucedería. A veces pienso que ellos no reaccionan porque, o son sus mismos informantes los que están implicados o les tienen miedo”, comentó.
“Muy pocas veces la Policía encuentra al culpable; eso solo ocurre en Tras la huella (programa de la televisión estatal), en la vida real no es así, tiene que ser algo que resuene mucho para que se pongan a trabajar de verdad”, criticó.
“Esto cada día se pone peor”, lamentó otro entrevistado refiriéndose a un robo con violencia ocurrido hace pocos días en Dos Caminos de San Luis. “Asesinaron al dueño de la casa para llevarse algunas boberías como ropa, zapatos y otras cosas”, añadió.
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Frank, como se conocía al fallecido, residía en los altos de una construcción de dos ´plantas frente al paradero de Dos Caminos, donde se toman carros hasta San Luis.
Su casa está también enrejada, lo que hace suponer a los vecinos que el asesino ingresó simulando ser un cliente, ya que el hoy occiso se dedicaba a la venta de ropa y otros artículos. Este ingreso le costó terminar con la cabeza cortada y solo un retrato hablado de su verdugo que circuló por San Luis.
Bajo el anonimato, otro afectado por los robos confiesa que en horas de la noche, ladrones ingresaron a su vivienda a través de una ventana.
“Se llevaron mi computadora, dejándome solamente el monitor. Al ver lo sucedido, en la mañana fui junto a mi esposa a la estación de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) del municipio San Luis e hice mi respectiva denuncia, de la cual no me dieron ni siquiera el número”, relató.
“Me dijeron que si quería que la investigación procediera tenía que llevar los documentos de la computadora para demostrar que era mía. En fin, no hicieron nada y me hicieron sentir como si fuese yo quien hubiera cometido un delito. Ya han pasado cuatro meses y, sencillamente, tengo que olvidar lo que era mío”.
Osmel, un jubilado santiaguero, dijo que en su barrio han ocurrido al menos “tres robos en menos de un mes”.
“Yo estoy seguro de que son personas que conocen los lugares, por la forma en que actúan”, dijo.
Un fabricante de rejas conocido por el apodo de Piquiri, admite que su negocio se ha beneficiado de la situación, a pesar de que reconoce lamentar sufrir un percance de ese tipo.
“He visto un aumento de mis ingresos en los últimos tiempos. Muchas personas están enrejando sus casas y eso es bueno para mí. Pienso que quien quiera tener su casa segura debe enrejar, no hay otra opción. Lo que no me gustaría es que me pasara a mí”, declaró.
Explicó que, “para el trabajador promedio, enrejar la casa equivale a seis o siete meses de salario sin poder hacer ningún otro gasto. El metro cuadrado cuesta aproximadamente 450 pesos (unos 18 dólares), por lo que asegurar de esa forma los hogares lleva un promedio de más de 2.000 pesos, moneda nacional”.
José Amado considera que si los agentes de la Policía incrementaran las rondas de patrullaje nocturno disminuiría la incidencia de delitos como estos.
“Es absurdo tener que gastar tanto dinero en crear una especie de jaula para no ser saqueado en tu casa. Las autoridades deben pasar más veces por cada zona donde la gente es más vulnerable. Además, supongo que ellos tienen un control del potencial delictivo de cada área y eso ayudaría a reducir considerablemente estos hechos”, opinó.
Publicado en:https://cubanosporelmundo.com/blog/2017/05/24/autoencarcelamiento-opcion-ante-incremento-de-robos-en-santiago-de-cuba/
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