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El gobierno cubano aplaude un bumerán

El gobierno cubano aplaude un bumerán


LA HABANA, Cuba.- La Habana enrumbó su política, durante más de medio siglo, por caminos muy diferentes al que escogió la casi totalidad de naciones. Son muy pocos los que acompañaron a los hermanos Castro por tan oscuros senderos; quienes lo hicieron tenían en común el hecho de que fueron juntados por el Diablo después que Dios los creara. Si alguien lo duda, aunque sea por un breve instante, que recuerde entonces las alianzas que se pactaron en Cuba con Saddam Hussein, Muamar el Gadafi y Kim Il Sung, y solo menciono, de los más cercanos, a los más infames, a esos que se encargarían luego de hacer las peores fechorías, los asesinatos más crueles.

Ahora que los gobiernos, en particular los latinoamericanos, demandan al recién electo presidente Trump que respete a los ciudadanos de sus naciones, Cuba vuelve a desentenderse, se pone lejos de sus vecinos, se empeña en probar que es diferente al coro de naciones del continente, y hasta pide, con largos chillidos y trasnochados aplausos, que Norteamérica cierre las puertas a los cubanos, que los expulse de su territorio y los devuelva al archipiélago, es decir, al infierno. Ellos quieren de vuelta a los verdaderos luchadores, y si es posible que se quede con lo que no sirve, que de cobijo a los delincuentes de los que siempre quiso salir.

El régimen festeja cada día la derogación de la política ?pies secos, pies mojados?, y supone que tal decisión de Obama es una victoria política de ellos, sin importarles que esa sentencia se ponga en contra de sus nacionales. No son pocos los que se extrañan cuando descubren la euforia de la dictadura, quizá porque olvidan que el desgobierno de la isla nunca estuvo interesado en satisfacer, mejorar, y defender a su pueblo.

Son varios los presidentes de la región que ya mostraron sus desacuerdos con tales medidas; sin embargo, la plana mayor de la más grande las Antillas es enfática en su desentendimiento, aun sabiendo que son muchos los que han sacrificado sus vidas después de vender sus casas para alcanzar el sueño de vivir en Estados Unidos y llevar una mejor vida.

Y se regodea esa cruel dictadura sabiendo que cada uno de los ?traidores? sufrirá ahora un castigo tras la deserción, y lo mejor es que ellos, los verdaderos conspiradores, no podrán ser juzgados como responsables. Esta vez no decidirá el gobierno poner tras las rejas a los ?renegados?, y tampoco armarán un pelotón de fusilamiento para aniquilar a quienes se atrevieron a desertar. Esta vez la venganza será mucho más simple, pero también más cruel; y es que esos desalmados del gobierno saben muy bien que a la vuelta cada ?ingrato? extrañará la casa que un día tuvo, y sufrirá al constatar el vacío en sus bolsillos. ?Los impíos? se verán obligados a comenzar desde cero. Y ese castigo salió de las pérfidas cabezas del gobierno.

No es un secreto que las remesas que reciben los países latinoamericanos resultan oxígeno vital para sus economías. Para Cuba era un beneficio por partida doble; cada cubano que emigraba dejaba detrás una familia a la que se encargaría luego de mantener, y el gobierno recibía sin sacrificio alguno los verdes dólares, tan verdes como las palmas, y hasta las casas en las que habitaron, para hacer luego con ellas lo que les diera la gana. Sin embargo esos ?tanques pensantes de la dictadura? solo sueñan con ?victorias políticas?, y es por eso que festejan las medidas de Obama sin atender a las consecuencias que tal engendro traerá a la isla. ¿Acaso no precisan ya de ese dinero que venía del exilio? ¿Será que no les importa el muchísimo dinero que dejará de entrar? No les importa porque ellos no sufrirán los daños, quien va a perjudicarse es el pueblo, ese que no tiene las arcas llenas, ese que tiene los bolsillos vacíos.

Hasta aquí lo tengo todo muy claro, pero hay algo que me desconcierta, y es el hecho de que no descubrieran que con esa medida se les cierra una de sus más importantes válvulas de escape. Ahora los inconformes y los desencantados permanecerán en la isla, y muchos de ellos harán crecer las filas de la oposición interna, y el gobierno castrista y castrense tendrá que invertir más en construir cárceles para aislar a los muchos inconformes. Sin dudas no son tan inteligentes como se dicen. Quizá no descubrieron todavía que todo cuanto aplauden podría convertirse en un certero bumerán que termine destrozando sus ?comuñangas? narices.


Publicado en:https://www.cubanet.org/opiniones/el-gobierno-cubano-aplaude-un-bumeran/

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