El destino de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba es incierto. Es un juego de dos corrientes, nada comunes entre sí. A mes y medio de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la postura de su administración pareciera no estar definida.
Mientras Raúl Castro realiza profundas críticas a la política de Trump, legisladores republicanos visitan La Habana y manifiestan su interés de continuar promoviendo el intercambio comercial entre ambos países. Estados Unidos interesado en mantener inversiones en Cuba, en la misma Cuba con la que Trump consideraba no haber logrado ?un buen trato? durante el periodo Obama.
Desde Venezuela, en su participación en la cumbre del ALBA, Castro se refirió a la ?política proteccionista de la administración Trump que perjudica innecesariamente a los países latinoamericanos? cuando en su discurso en la cumbre CELAC había contenido las formas y había profesado su interés de mantener buenas relaciones con el gobierno ahora dominado por los republicanos, mayoría en el Congreso y presidiendo la Casa Blanca.
?La nueva agenda del Gobierno estadounidense amenaza con desencadenar una política comercial egoísta que tendrá su impacto en la competitividad de nuestro comercio exterior, viola acuerdos medioambientales y (se dedica) a cazar y deportar a los inmigrantes?, afirmó el mandatario cubano en una encuentro del ALBA, la alianza económica regional.
Como comenta Diario Las Américas, Castro fue insistente sobre la construcción del muro que pretende construir Donald Trump en la frontera con México, a pesar de que la región y la comunidad migrante en Estados Unidos se ha mantenido en firmes protestas. Para Cuba, el muro es absurdo porque ?no se puede contener la pobreza, las catástrofes y los inmigrantes con muros sino con cooperación, entendimiento y paz?, puntualizó Castro.
¿A dónde van estas declaraciones? En nada se parece a la retórica de bajo perfil manejada por el régimen cubano desde que Trump llegó a la Casa Blanca. Habían sido discretos y distantes sobre las manifestaciones del mandatario estadounidense.
Para analistas, esto no duraría para siempre. Tal y como reseña Diario Las Américas, la postura del régimen lejos de avanzar continuaría siendo la de resistencia, resistencia al cambio sí, a la transformación del sistema, a pesar de la crisis nefasta que atraviesa la isla.
¿Qué hará Trump? Eso también es un enigma del que muy poco se sabe. Durante su campaña presidencial habló a la comunidad cubana exiliada ofreciendo remover todas las concesiones de no lograrse ?un buen acuerdo? para Cuba. Pero jamás dijo que cancelaría el acercamiento.
Al hacerse de la presidencia, Trump comentó que todos los embajadores de Estados Unidos debían renunciar a sus cargos. Sin embargo el diplomático de mayor nivel, Jeffrey De Laurentis, como era encargado de negocios se quedó en su despacho. Y no hay, hasta ahora, una fecha para que el Senado estudie su nombramiento como embajador que fuera firmado por Obama.
Hasta ahora no hay intenciones de congelar las relaciones, reveló una fuente del departamento de Estado a Diario Las Américas. ?Todo sigue normal, ni siquiera el ?equipo Cuba? ha cambiado?, dijo la fuente. Lo posible, advierten otras fuentes, es que Trump se deje aconsejar por el mundo empresarial que, en medio de la burocracia y las escasas garantías legales de inversión existentes en Cuba, sigue apostando por extenderse al otro lado del Estrecho de Florida.
/p> Por el momento se trata de especulaciones y flechas al aire. Luego de su encuentro con quien fuese su rival en las primarias de su partido para la candidatura presidencial, Marco Rubio, Trump comentó que él y el senador mantienen una ?visión parecida? sobre Cuba.
?Trump no gana nada con romper con Cuba. Lo que Raúl dijo en Caracas debe ser visto como un acomodamiento de opiniones en una relación bilateral. Nunca nadie dijo que esto iba a ser un nido de rosas?, comentó a DIARIO LAS AMÉRICAS un académico cubano de visita en Miami.
Ahí puede asimilarse la llegada d un grupo de congresistas republicanos a La Habano, dos semanas después de que el senador demócrata Patrick Leahy y el republicano Thad Cochran se reunieron con Castro. Los congresistas republicanos han recibido un tratamiento de alfombra roja, se reunieron con el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, con la directora de Estados Unidos de la cancillería, Josefina Vidal, que estuvo a cargo de las negociaciones durante los primeros meses del acercamiento EEUU-Cuba y dejaron evidenciado el giro de la mayoría republicana a las relaciones con la isla. Son otros tiempos.
?Lo que dijo Raúl en Caracas y lo que nuestra gente ha conversado con los congresistas no es una contradicción, es lo que normalmente se llama intercambio de opiniones. A dos niveles, en dos escenarios pero nosotros llevamos más de dos años conversando seriamente con los americanos, de todos los temas, incluyendo derechos humanos, y nos hemos entendido?, explica el académico cubano, que pidió no ser identificado porque no está autorizado por el Gobierno cubano a hablar públicamente de estos temas.
Y, ?hay más, vamos a seguir conversando porque en esta administración no hay ninguna señal de lo contrario. Ahora, tendremos un resultado rápido, como la llegada de las inversiones. Eso es algo que pasa muy subrepticiamente por la administración. Es algo que depende de los empresarios. La administración puede aplicar las políticas proteccionistas de las que Raúl se quejó en Caracas, pero eso todavía no nos afecta a nosotros?.
Publicado en:https://cubanosporelmundo.com/blog/2017/03/08/cuando-dinero-medio-regimen-cubano-siempre-sale-favorecido/
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