Pobladores de los barrios Cuatro Caminos y Laguna Larga, pertenecientes al municipio San Germán, Holguín, decidieron llevar el fluido eléctrico a sus hogares por su cuenta, después de pasar casi dos décadas esperando una solución del Gobierno. La reacción de las autoridades, aseguran, fue reprimirlos.
“Hace 17 años, Miguel Díaz-Canel, que en ese momento fungía como primer secretario del Partido Comunista en la provincia, vino aquí. Cuando le dimos la queja, prometió poner corriente a tres barrios: Cuatro Caminos, Las Cuchillas y Laguna Larga”, recordó Orlando Góngora Batista. “De las tres, solo consiguieron electricidad los habitantes de Las Cuchillas, que también la pusieron por sus propios medios, para que los tuvieran en cuenta”.
Las quejas han llegado incluso a la capital del país, pero no han recibido respuesta, afirman los pobladores de la zona. Directivos del municipio y la provincia se han presentado en las localidades para “justificarse y evadir responsabilidades, con el cuento de que el Estado no tiene presupuesto”, dijo otro afectado.
Cuatro Caminos y Laguna Larga son dos comunidades de unas 12 viviendas ubicadas a nueve kilómetros de San Germán. Desesperanzados, los vecinos decidieron cortar troncos para hacer postes, comprar cables de forma ilegal y conectarse a la red nacional, que ahora estaba a solo 200 metros, en Las Cuchillas.
La respuesta de las autoridades fue un operativo en la zona para desmontar lo instalado y dejar a los habitantes como estaban, sin servicio eléctrico.
“Hicieron un cordón policial para que la gente no pasara a donde estaban tumbando los postes que nosotros mismos pusimos, y nos amenazaban con echarnos gas pimienta”, relató un residente en Laguna Larga que pidió mantenerse en el anonimato. “Finalmente, cuando decidimos acercarnos con las manos detrás y sin ofender a nadie, nos dimos cuenta de que los cables y postes que habíamos comprado se los estaban llevando los trabajadores de la Empresa Eléctrica [monopolio estatal] y los guardias”.
“Yo estaba tirado en la hierba y vinieron cuatro policías y me esposaron de tal forma que casi me trozan las muñecas”, dijo Alexis Portelles, de 45 años de edad. “Me arrastraron y me subieron a un camión junto a otras personas, entre ellos una embarazada a la que luego bajaron, y nos llevaron para la estación de Policía de San Germán, donde permanecimos cerca de cuatro horas. Al salir, nos dieron una carta de advertencia”, señaló.
A Yoenia Aguilera Sánchez, una muchacha de 26 años con dos niños de tres y cinco años, la subieron a empujones al camión y “la trasladaron”. Estuvo detenida “hasta que vino un oficial y dio la orden de que la soltaran”, añadió Portelles.
“Los militares neutralizaron a Raúl Batista, un señor de unos 50 años de edad, y a mí, que casi estoy ciego, me tiraron al piso y me dieron cuatro apretones que no supe ni donde cayó mi bastón”, recordó Orlando Góngora, residente en la zona desde hace 70 años.
“Casi me asfixian entre tres guardias, dañándome el brazo izquierdo y la oreja derecha”, afirmó por su parte Danilo Barrero Mendoza, de 39 años. “Mientras me tenían sujeto, sentí que uno de los guardias tenía aliento etílico y así mismo lo dije a viva voz. Fíjate si es así, que se cayó solo y no se podía parar. Pedí que le hicieran una prueba de alcohol y no lo vi más hasta que me tiraron para el camión de detenidos”.
Mairelys, de 40 años y otra de las agredidas, cree que lo que vivió es suficiente para no asistir a las venideras “elecciones”.
“Ya todos los vecinos de estas dos comunidades hemos renunciado a todas las organizaciones de masa. Si no hay corriente, no hay nada”.
Via: Diario de Cuba
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