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Debemos la nacionalidad cubana a los mazones?

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Permanece entre nosotros una historia, no totalmente contada, muchos avatares y malas intenciones han contribuido al olvido de una institución a la que podría llamársele madre de la nacionalidad cubana: La masonería. Se sabe más de la masonería norteamericana cuyos símbolos / a la vista de todos / trazan ciudades e ilustran billetes de aquella nación que lo que ésta ha sido en nuestra historia. Una sentencia de Emilio Roig lo ilustra: “Para expresar cabalmente en brevísimas palabras lo que representa la masonería entre nosotros basta decir que sin mencionarla una, y otra y mil veces no puede escribirse la historia de la cultura cubana y de la libertad de Cuba.” Introducida en nuestro país por los conquistadores británicos en 1762, donde según un historiador masónico “brilló por primera vez en Cuba la luz de la masonería” hizo arraigo y se extendió hasta los mismos comienzos del siglo XIX; donde los emigrados france
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ses, junto a la renovación agrícola, industrial y mercantil introdujeron junto a sus Logias una revolución en las ideas. De un templo masónico nace la primera conspiración independentista como se verá más adelante y también nuestro primer intento de una constitución política proyectada para una futura República de Cuba en 1810. Fue su autor el venerable maestro Joaquín Infante. El mayor testimonio está, sin embargo, en el más grande de nuestros atributos; la bandera, donde se muestra un propósito concreto del ideal masónico, al ser colocado sobre las tres franjas azules y dos blancas el triángulo masónico rojo, sellando así desde entonces y para siempre la íntima unión entre la independencia cubana y la Masonería. Otra prueba de menos vuelos queda en el nombre de algunas calles habaneras; Amistad, Concordia y Virtudes. Masones fueron entre otros: Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Perucho Figueredo, Cali
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xto García, Antonio Maceo y José Martí. El hecho conspirativo de 1810 conocido como gran conspiración masónica, fue organizado en una logia habanera. Entre los implicados estuvo Román de La Luz, tío de José de la Luz y Caballero y Luis Bassave Cárdenas, este último organizo verdaderamente la tarea de convocar a distintos grupos populares entre ellos negros y mulatos de los barrios de belén, Jesús María, Los barracones, El manglar, etc. Jose Antonio Aponte Siendo el mismo un criollo blanco e hijo de un coronel de dragones. Contó entre los hombres de más confianza al negro libre José Antonio Aponte quien habiendo logrado evadir las investigaciones oficiales y no incluirse en el proceso que terminaría con la conspiración, inicia dos años después la conspiración que llevaría su nombre. Como dato de interés citan algunas fuentes que la calle donde vivió Aponte, hoy Centro Habana, debe el nombre de Jesús peregrino a u


n altar que de esa imagen tenía en la sala de su casa. Si bien la conspiración de Aponte no se vincula directamente con la gran conspiración masónica su alcance junto al posterior desenlace y el hecho final fruto de una gran coincidencia. El proceso de Aponte no contó con juicio alguno. El capitán general de entonces, junto a 2 funcionarios de la burocracia colonial acordaron condenar a muerte a Aponte y 7 de sus seguidores. El nueve de abril de 1812 murieron en la horca. La cabeza del líder, el criollo y negro libre José Antonio Aponte, fue exhibida en una jaula de hierro, en la actual intercepción de las calzadas de Belascoain y Carlos III; donde en una de estas esquinas más de un siglo después se erigiría el edificio de la Gran Logia Masónica de Cuba, municipio actual de Centro Habana, para la época de los hechos La Habana extra muros. - See more at: http://www.havanatimes.org/sp/?p=100238#sthash.i5HrHTNU.dpu

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