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El travesti mejor hecho de La Habana



Nos hace esperar cuando vamos a entrevistarla. Debe darle el almuerzo a su madre que sufrió un infarto cerebral y una fractura de cadera. No puede valerse por sí misma y depende para casi todo de Kirian.

Su madre quería nombrarlo Alejandro, pero su padre lo inscribió como Jesús Irmino "En la escuela, me decían Jesús; en casa, Alejandro; pero yo me llamo Kirian".

DDC: Creo que a diferencia de otros travestis no tuviste un ambiente familiar muy hostil, al menos con tu mamá. La transexual Wendy Iriepa me contó que cuando la botaron de su casa, tu madre y tú la acogieron.

Tuve que superar la mentalidad de otra generación y enseñarle el lado humano de quienes somos diferentes. Papá nunca hubo, desde muy pequeña. Tengo hermanas y hermanos, pero mi familia me negó por mucho tiempo, tengo primos que no conozco.

Con los amiguitos del barrio jugué bolas, a la pelota, nadé… Cuando voy, me besan, me abrazan.

En la escuela fue diferente. En 1990, a los 13 años, me salió la hembra que tenía dentro. Nunca fui varón… pero tuve que aprender a fajarme como uno.

DDC: ¿Novios?


Muchos. Ninguno lo asumía en público, por miedo.

DDC: ¿Los profesores, la dirección de la escuela?

Muchos eran muy homofóbicos; me escondían cuando llegaba visita del municipio o la provincia. A los concursos me llevaban porque no tenían a nadie más. Cuando terminé noveno grado, se me negó la entrada al IPVC (Instituto Preuniversitario Vocacional).

DDC: ¿No será que no aprobaste las pruebas de ingreso?

No necesitaba hacerlas. Había ganado concursos provinciales de Español, Matemática, Biología e Historia. Así y todo me preparé, pero mi evaluación político-moral decía que era muy afeminado, con tendencias a la homosexualidad.

Es un hombre

A los 16, Kirian conoció a Wendy Iriepa, quien la llevó a las primeras consultas de transexualismo en el Hospital Fajardo. A esa edad comenzó a tomar hormonas. Sus senos ahora "son implantes, de hace dos años".

Estudió Economía. Al tecnológico iba en jeans, suecos, pelo recogido, aretes y uñas largas. Se libró del uniforme con una carta de la consulta de transexualismo.

Nunca ejerció de economista. "De niña quería ser cirujana. Leía libros de biología, anatomía, medicina general… Me troncharon la vida al no dejarme entrar al IPVC. Estudié por el título y complacer a mi madre".

"Después aprendí modelaje y maquillaje; trabajé con varios diseñadores hasta que en 1996 entré en La Maisón. Me dieron clases Astorga, Lázara, Grisel… Tengo la inmensa satisfacción de haber trabajado con los diseñadores Rafael de León, Agustín, Abraham".

En 1996 Kirian se presentó al casting de Cubamodas, pero no lo dejaron desfilar.

"Los diseñadores de La Maisón me conocían. Pero estaban también los de Industria Ligera. Cuando ya me habían escogido, alguien dijo 'Es un hombre'. No pude desfilar".

Aunque no estuvo en los Habanamodas (como se llamó el evento después), desfiló en La Maisón, la Macumba, desfiles privados y hoteles. En 2001 decidió retirarse.

Cuestiones incómodas

Kirian relata que en algunos locales no se dejaba entrar a los travestis. "Se nos asociaba con drogas, prostitución, a mí me dej
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aban porque era Kirian".

Sin embargo, cuando permitían pasar a los travestis, les cobraban la entrada "más caro".

DDC: ¿No hay cierta transfobia en eso?


Muchísima.

DDC: Voy a hacerte una pregunta incómoda. Wendy me contó que se prostituyó en los noventa…

Fui prostituta.

DDC: ¿Por qué? En el caso de Wendy lo entiendo, la botaron de su casa…

No sé. A veces, debemos pensar en lo que hicimos; no de forma negativa, sino reflexiva. Creo que esa etapa de mi vida fue producto de todo lo injusto que viví por ser diferente. Eso no es pretexto ni salvoconducto. Pienso que caí en un vacío. Pero están quienes prostituyen su mente y eso no se señala.

DDC: Según Wendy, los turistas pagaban 100 dólares por estar con un travesti.

Los pagaban incluso solo por hacerle sexo oral a un travesti, sobre todo si estabas bien dotada.


Léster Hamlet fue muy valiente

A estas alturas, mi imagen de una Kirian engreída se ha desvanecido. Estoy frente a una persona con virtudes, defectos y valor para hablarme de las zonas más oscuras de su vida. Confiesa no sentirse ya tan cómoda con su cuerpo. Ha ganado peso y su anatomía masculina es más evidente. Ni así puedo verla como un varón: no tiene nuez de Adán, su voz es definitivamente femenina. Me parece una exbailarina de ballet.

Pero no todo ha sido oscuridad. Cuando en 2007 vi Los dioses rotos, de Ernesto Daranas, y llegó la escena entre la protagonista y Bárbara, un travesti, casi brinqué en la butaca: "Coño, mira a Kirian". Para entonces, ella tenía un camino recorrido en los medios audiovisuales.

"Cuando Lester Hamlet tuvo el guión del video clip de la canción 'Lola', de Moneda Dura, me escogió para el protagónico. Creo que le exigieron hacerlo con una mujer, pero se negó. Fue muy valiente".

El vídeo, de 2001, ganó los premios Lucas, el del Movimiento Nacional de Vídeos y el Caracol. Estuvo censurado hasta 2008 porque la protagonista era un travesti.

Kirian trabajó además en Havana Blues, de Benito Zambrano, en 2004. En 2005, interpretó a una mujer guardaespaldas en el thriller H2O, de Leonardo Pérez, integrante del grupo de rap Frijol Negro, y trabajó en el mediometraje El hombre que hablaba con Marte, del actor y director Jorge Molina.

"Hice de mujer y tuve mi primer desnudo en el cine, en una escena erótica con Jorge y Alianis".

El asunto de los genitales se resolvió con cinta adhesiva transparente. "Estuve quince días casi sin poder orinar, por la inflamación. Tuve que rasurarme completa, maquillarme el pubis… Los del equipo técnico me veían a través de la cámara y decían '¿pero tú eres un varón? Mira cómo se te ven esas tetas'".

Ese año también participó en la grabación del DVD de Frijol Negro, en el Teatro América. Fue modelo en el espectáculo e hizo coros en uno de los temas.

Kirian no se ha operado."No me ha interesado. Disfruto de mis genitales, aunque psíquicamente soy una mujer. Muchos sexólogos plantean que hay muchas manifestaciones del travestismo. Una es travestirse para expresar la identidad sexual; eso está casi en la primera fase del transexualismo. Mi único problema con mis genitales es a la hora de actuar, ponerme una licra, un pantalón… Me masturbo normalmente y si alguna pareja quiere que lo penetre, lo hago. Soy una mujer con un pene".

Mujer o travesti… 'no se sabe'

En 2006, llegaron Los dioses… y Kirian cuenta que fue espectacular. "Al casting fueron actores que ni te imaginas, y como diez travestis. Al final, quedábamos cinco actores y yo, la única travesti. Veinte días después, me llamaron: 'Niña, tú eres Bárbara'. No te imaginas cómo grité. Quería mucho hacer ese personaje. La de Bárbara es la historia de muchas amigas mías que no pudieron estudiar, que han ido presas..."

El mismo año apareció en varios documentales cubanos y extranjeros. Uno de los más importantes fue Ella trabaja, premiado en el Festival de Jóvenes Realizadores. En el 2010, trabajó en Siete días en La Habana, en la historia dirigida por Benicio del Toro. Lo asesoró en el tema de los travestis y el transformismo, maquilló a las actrices y a los travestis, y tuvo una escena en la que aparece junto a Daisy Granados. En 2012, trabajó en Tres hermanos, de un director francés cuyo nombre "…no recuerdo. Ahí me llamo Fidelia y soy una diva".

Ante la pregunta de mujer o travesti, Kirian responde "no se sabe".

En la Bienal del 2009, fue un pincel humano en el performance Rosado Bravo, de la pintora venezolana Argelia Bravo, en el Teatro Bertolt Brecht. "Éramos dos travestis: yo vestida de Oshún y la otra de Yemayá; nos pintábamos el cuerpo de rosado y bailábamos con música en vivo de un grupo de mujeres que tocaban tambores. Después nos desnudábamos y nos quedábamos con los senos y el pene afuera. Alguna gente se fue, pero muchos aplaudieron. Al final, ella plasmaba nuestros cuerpos desnudos sobre un lienzo en blanco".

Ese año se convirtió en el primer travesti en firmar un contrato con la televisión cubana. "Algunos actores habían hecho transformismo en televisión, pero siempre de forma humorística. Trabajé con Roly Peña, en un capítulo del policiaco Patrulla 444, titulado 'El sospechoso'. Interpreté a un travesti que ha sido timado por alguien que resulta ser sospechoso en un asesinato".

"El personaje tenía algo de negativo; en una escena los policías lo tienen agarrado y muerde a uno… Luego se menciona la posibilidad de haber adquirido una infección de transmisión sexual por la mordida del travesti".

Aunque ese detalle del guión resulta algo transfóbico, Kirian afirma que se hizo "un trabajo espectacular con los asesores de la PNR", y la presentaron como "la actriz… Fue todo muy respetuoso".

¿Y nosotros dónde estábamos?

En 2013, llegó Vestido de novia, su último trabajo en el cine… por el momento. Se interpretó a sí misma 20 años antes. "Fue revivir todos esos momentos e historias reales. Contarle a Marilyn (Solaya) lo que pasaba".

"La película significó mucho para mí. Hubo personas que me abrazaron al final. Una madre me agradeció porque su hijo había sido víctima de la homofobia; creía que eso lo había llevado a infestarse de sida y morir. Mis vecinos se encontraban conmigo en la calle y me preguntaban si todo lo que aparecía en la película había sido verdad. Cuando les contestaba que sí, preguntaban: '¿Y nosotros dónde estábamos?'".

"He tenido la suerte de que dos de los filmes en los que he trabajado han sido premio del público en el Festival de

Para Facebook


l Nuevo Cine Latinoamericano: Los dioses rotos y Vestido de novia".

Como transformista, Kirian pertenece al proyecto Olimpo y es anfitriona de Reverse, único dirigido a mujeres lesbianas y bisexuales. Ha sido una de las primeras transformistas cubanas en trabajar para ese público.

"En los medios, casi siempre se habla de la prevención para los hombres gays y bisexuales. No se habla de las mujeres. Tuve que buscar información para hacer promoción de salud entre ellas".

DDC: ¿Disfrutas trabajar para ellas?

Tanto como trabajar para público masculino.

DDC: ¿Alguna se ha fijado en ti?

Muchas, y es espectacular. Me enamoran, me mandan cartas, me dan besos cuando canto. Me identifico mucho con ellas y ellas conmigo.

DDC: Viviste una época de mucha represión a homosexuales y trans. Muchos dicen que ya no hay asedio policial, pero hay travestis que cuentan que sí los asedian.

En los sitios de encuentro como Malecón y el Bim Bom, la Policía no se lleva a ningún travesti. El problema es que ellas están prostituyéndose o en una zona que es proclive a eso.

DDC: En Cuba la prostitución no figura como delito en el Código Penal.

Pero se asocia con drogas, corrupción de menores, robo…

DDC: ¿Consumiste drogas cuando te prostituías?

No, aunque el cliente quizás lo hacía. Otros necesitaban que los orinara para obtener placer sexual; algunos necesitaban usar una prenda femenina, había coprófagos; una vez, encontré un masoquista. Fue una experiencia fatal.

DDC: Debe ser difícil salir de ese mundo, si una puede ganar 100 dólares en una noche, cuando aquí los salarios son de 20 al mes.

Iba presa si seguía en la calle. Tengo amigas que aún están allí. Se han complicado dentro, o han salido y vuelto a caer. Gracias al CENESEX, vi que había otras cosas que hacer con mi vida.

DDC: ¿Qué sueño te queda?

Que se apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo. Conozco personas que llevan juntas 15 o 20 años; uno fallece y el otro no tiene derecho sobre la casa. Son personas que han trabajado para esta sociedad, ciudadanos honestos, incluso revolucionarios.

DDC: Tu carné de identidad aún dice Jesús Irmino y te identifica como varón…

Quisiera que se reconociera mi identidad, sin tener que cambiar mis genitales.

DDC: Muchas personas homosexuales sienten que deben agradecer estos cambios a Mariela Castro.

No solo a ella. También a todo un equipo de personas que trabajan en el CENESEX, la Dra. Ada Alfonso, la documentalista Lissete Vila. Creo que Mariela es una mujer espectacular, pero muchas personas han trabajado.

DDC: Cuando entrevisté a Manuel… (Maridalia) dijo que las cosas han cambiado gracias a la Revolución. Lo encuentro contradictorio; fue dentro de la Revolución que los homosexuales fueron reprimidos.

Por eso es una revolución erradicar los errores del pasado. Yo misma soy una revolución.

Aunque las opiniones de Kirian sobre Mariela Castro y la revolución cubana difieren de las de Wendy Iriepa, siguen siendo muy amigas. La política no se ha interpuesto entre ellas. "No estuve en su boda porque estaba fuera de La Habana, pero le regalé el vestido que usó".


Publicado en:http://www.diariodecuba.com/cultura/1455210063_20157.html

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