Eliécer Ávila, fundador y líder del Movimiento Somos+, se postulará a delegado de circunscripción en el municipio Cerro, La Habana, donde reside desde hace cinco años. Una de las dificultades que enfrentará es que los electores votan basados en las biografías de los candidatos, las cuales "supervisa" el Gobierno.
"Está prohibido hacer campaña electoral, pero hay una línea muy fina entre darte a conocer y hacer una campaña", dice Ávila. "Tengo entendido que se puede visitar centros de trabajo, conversar con las personas. Es ilógico no poder presentarse a la gente. Pero es un obstáculo compartido; el candidato del oficialismo tampoco podrá hacer campaña. Posiblemente, muchos de nosotros somos más conocidos que los candidatos oficialistas".
¿Qué dirá su biografía?
Lo de las biografías me molesta; suelen decir: "estudió en tal escuela primaria, recibió tal reconocimiento?". Lo interesante sería conocer las ideas de la persona, sus planes, su programa de gobierno comunitario. Supongo que el Gobierno hará una biografía como las que hizo de los opositores que se presentaron en las pasadas elecciones, llena de tergiversaciones, mentiras y ofensas. Tendremos que buscar un mecanismo para publicar una más ajustada al objetivo. Pero no creo que la biografía decida. Las personas tienen dos dedos de frente, saben que eso [la tergiversación] va a pasar.
¿Cómo es su relación con los vecinos?
Nunca he tenido el mínimo disgusto, sino excelentes experiencias. He cultivado lindas amistades con las que comparto distintas actividades. Es un reto para la Seguridad del Estado, están acostumbrados a aislar al opositor de su comunidad. Algunos ven a los opositores como algo peligroso para la red de negocios ilícitos de que vive el cubano: "si me junto con este, me van a investigar". Supongo que intentarán, de aquí a las elecciones, fracturar esas relaciones.
Cuando ha compartido con los vecinos, ¿ha podido hablarles de sus ideas y propósitos?
Fragmentadamente, pero creo que tienen una idea completa de qué pienso. Además, nuestros argumentos han sido expuestos en diferentes formatos: vídeos, artículos, entrevistas que han circulado, sobre todo en mi barrio. Son ellos quienes me dicen muchas veces "tengo todos tus vídeos y coincido con lo que dices; vi el que trata tal tema. ¿Por qué no hablas de esta otra realidad?". Te aportan elementos.
¿Irá a los centros de trabajo a exponer sus ideas?
No sé en qué fase sería, supongo que cuando ya estás en las boletas. Me encantaría ir, no solo a hablar sino a hacer algo que en política es más válido: escuchar las preocupaciones de la gente, sus sueños para Cuba, qué quisieran que cambiara. Si salgo electo, habrá alguien que hable por los electores. Lo que he visto en mis 31 años es que los delegados justifican con el bloqueo lo que está mal, "no hay posibilidades, no hay dinero?". Sin embargo, mi barrio ha sufrido en los últimos meses varios operativos contra mí. Los vecinos me han comentado 'cómo puede gastarse tanto dinero en patrullas, gasolina, salarios', para vigilar no se sabe qué. Pienso que la gente tiene la expectativa de un delegado que presione, con el apoyo de ellos, para que se resuelvan los problemas, que son muchos.
¿Cuáles, cómo piensa resolverlos?
Los conozco porque he preguntado y porque vivo aquí. En esta comunidad puedes caminar kilómetros sin encontrar espacios verdes, un lugar donde jugar con los niños, donde un anciano pueda sentarse en un banco a leer un periódico. Es asfalto y sol. Es uno de los barrios con mayor índice de delitos violentos. En estos cinco años, ha habido varios asesinatos con armas de fuego, armas blancas, problemas de pandillas. Muchas madres no saben dónde están los jóvenes que salieron hace tiempo para Estados Unidos.
Habría que diseñar un programa para jóvenes y adolescentes, donde aprendan idiomas, administración de negocios, visión de futuro con responsabilidad; hacerlos ver la importancia de terminar la escuela. La gente ve que es un fracaso esforzarse. Los patrones de identidad y éxito que tienen los jóvenes perjudican el barrio y la nación.
Un delegado tiene poco margen de acción para cosas como asfaltar carreteras, con recursos que solo tiene el Estado. Pero pueden tomarse iniciativas en el plano humano. Un delegado de los nuestros también tendría mucha cooperación internacional, para realizar proyectos comunitarios. Muchas organizaciones internacionales con proyectos en Cuba no trabajan con la sociedad civil o la oposición porque carece de personalidad jurídica. Ser electos nos colocaría dentro del sistema institucional, con acceso a cooperación internacional para mejorar la vida de la comunidad.
Como gobierno de la comunidad, no permitiríamos más abusos contra quienes venden verduras, quienes tienen una tiendita de ropas. Defenderíamos a nuestros emprendedores contra la red de corrupción de policías e inspectores. Mira la Cuevita, que tan hostigada ha sido. Gracias al valor de la gente, se ha mantenido como foco de negocios. Quien fue hace cinco años y va ahora ve las casas en construcción. Eso es libertad conquistada. Un barrio puede hacer muy buenas cosas con un buen líder o lideresa, y el valor de apoyarlo.
Coordinadores de otras organizaciones opositoras prefieren la postulación de miembros menos marcados por la Seguridad del Estado. Ávila ve en esa marca una ventaja.
La política es un fenómeno de comunicación. Cuando no te conocen es mucho más difícil emprender cualquier acción política. De Somos+ se presentan otras personas. Estoy convocándolos a participar, lo justo es que pase por lo mismo.
¿Qué posibilidades reales cree que tiene?
La posibilidad existe, aunque no quiero ser triunfalista. Pueden hacerse muchas artimañas para frustrarla. La oposición debe acostumbrarse a que no siempre se gana, pero es válido competir. Quizás, se obtiene una porción de los votos; tienes una retroalimentación de cómo se percibe lo que haces, tus ideas; puedes mejorar las propuestas y acciones para aumentar los votos en próximas elecciones. Sin medirte nunca sabrás cuántos hubiesen votado por ti. Aunque pierda, ganaré mucha experiencia de lidiar con toda esta maquinaria.
En 2008, cuando su interpelación a Ricardo Alarcón en la UCI, vivía en Puerto Padre, Las Tunas. Muchos artistas y deportistas de provincia, al hacerse famosos, vienen para La Habana. Usted también. Pareciera que meterse en la oposición le sirvió de trampolín para mejorar.
Es un fenómeno mundial. La gente emigra de donde no hay oportunidades a donde las hay. A veces, cambia de país. El gran culpable de esta migración interna, reflejada por la Oficina Nacional de Estadísticas, es el Gobierno cubano, que no ha garantizado un desarrollo más o menos equitativo en los territorios.
He lamentado irme de Puerto Padre, toda mi familia está allí. Visitarlos dos veces al año me cuesta trabajo y dinero. Debo adquirir los pasajes por la izquierda. Con una cuenta de internet, viviría allí. Ahora hay WiFi en Puerto Padre, pero soy de la Resbalosa, de los platanales del Yarey de Vázquez, un campito privado de muchas cosas. No tenía ni cómo expresarme, aquí lo hago diariamente. Mi inspiración es mi pueblito de campo, del que hablo donde quiera. Desde aquí hoy puedo hacer más por los de allá.
Publicado en:http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1489008590_29510.html
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