Las redes sociales han sido escenario una vez más para denunciar el maltrato animal que se comete a diario en Cuba y por el cual nadie responde ante la justicia. Esta vez, un empleado del restaurante La Carboncita, situado en Calle tercera, entre 38 y 40, Miramar, tiró un gato contra un muro y luego no quiso dar la cara por lo acometido.
La denuncia la hizo en su cuenta de Facebook la usuaria Marian Morales, quien presenció cuando el pasado 10 de febrero sobre las 11:00 am un empleado del mencionado restaurante salió del lugar con un animal "gritando de dolor".
"No podíamos saber de qué se trataba. Fuimos tras él y vimos que era un gato salvajemente golpeado al que él tiró contra un muro de un jardín situado en 40 entre 3ra y 3ra A", dijo Morales.
Según relata, cuando ella y una amiga se dispusieron a buscar al empleado este se escondió. Luego una camarera explicó que le habían dado leche porque estaba envenenado, pero al amenazarlos con la policía también se escondió.
Morales entonces se preguntó: "¿quién para salvar a un infeliz gato lo tira contra un muro? Lamentablemente seguimos teniendo muchas personas no sólo insensibles con los animales, sino que arremeten contra ellos con odio y furia".
Las dos mujeres llevaron al gato a la clínica veterinaria de 29 y 60, la cual estaba cerrada.
"Mañana insistiremos y daremos información ya que por lo manso que es parece ser de los alrededores de La Carboncita. El gato está en estado crítico", afirmó.
Aunque Morales no sabe el nombre del hombre que hizo tal acto, lograron divisar que es calvo, con un tatuaje en el brazo, de unos 50 años más o menos.
Otro caso de maltrato animal fue denunciado hace pocos días en Facebook. La joven bióloga Lorena González Casuso, trabajadora del Instituto de Oceanología, tomó fotografías en el municipio Playa donde se muestran a un cocodrilo, un guanajo muertos y un carapacho de jicotea.
Asimismo, el pasado mes de diciembre un hombre en La Habana mató a puñaladas a su perro.
En Cuba no existen leyes que regulen y condenen el maltrato animal, por eso los ciudadanos hacen y deshacen con los animales según quieren.
Aunque muchos activistas abogaron para que el nuevo proyecto de Constitución regulara el trato a los animales en la Isla, lo cierto es que no se tuvo en cuenta.
