En el año 2007 se firmó en Caracas un acuerdo para enlazar Venezuela y Cuba, a través de un cable submarino de fibra óptica. Sin embargo, no fue hasta el 9 de febrero de 2011 que Alba I, nombre que se le asignó al cable, tocó tierra cubana por la playa de Siboney. La Isla tenía en ese momento un ancho de banda de 323 megabits por segundo (Mbps) por vía satelital, y el cable hizo posible aumentar 3 mil veces el ancho de banda disponible.
Producto de la situación política actual en Venezuela, el cable submarino ha sido tema de mucha polémica en las redes sociales. Algunos internautas abogan por que lo corten, otros aseguran que el acceso a Internet que permite es la mejor de las armas para denunciar las violaciones a los derechos humanos que se ven a diario.
“Para quienes dicen que Venezuela no se puede permitir ninguna injerencia. Aquí les dejo el cable submarino de Cuba en Venezuela. Vamos a solicitar a los EEUU que nos ayuden a cortar el cable de fibra óptica”, comentó Lissette Kron, una usuaria de Twitter, quien comenzó el debate.
La mayoría de las opiniones al respecto se decantaban por eliminar el enlace de fibra óptica entre los dos países, aludiendo a que Venezuela le debía el estado de su decadente economía al régimen cubano. Más de un internauta aseguró que el funcionamiento de la conexión en el país sudamericano empeoró desde la puesta en marcha de este acuerdo.
Contrario a lo que se ha estado debatiendo en redes, Rubén Barrios, un joven internauta cubano dijo a CubaNet:
“El arma más poderosa contra las dictaduras es Internet. El ejemplo más claro de esto es que el mundo entero puede ver casi que en tiempo real lo que pasa en la Isla. Si hay una protesta, o algún abuso de poder como hemos visto miles de veces por parte de la policía política, la red de redes permite que esos videos lleguen al mundo, y que todos lo vean. Los que quieren cortar el cable no están siendo objetivos, gracias a Internet el mundo sabe la realidad de la dictadura en Cuba.”
Aunque el cable de fibra óptica llegó a la Isla en el año 2011, las primeras pruebas se comenzaron a realizar en 2013, y no fue hasta el año 2015 que comenzaron a masificar el acceso a Internet. Los precios por el servicio, calificados muchas veces de “descabellados”, no van acordes al salario promedio en Cuba (menos de 30 dólares mensuales), pues el costo de Internet en la mayor de las Antillas es de un dólar por hora de navegación, eso en las zonas Wifi.
“Al régimen de Cuba le convendría que Venezuela quitase el cable. Se ahorrarían tener que lidiar con el periodismo independiente, y mantendrían al pueblo desinformado. Esa sería la gran excusa para controlar el acceso a Internet”, dijo a CubaNet un joven informático que no quiso ser identificado.
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