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Sabes que es Lo que nunca escasea en Cuba?



El consumo de alcohol y tabaco en Cuba ha aumentado en los últimos años debido en parte a las infructuosas políticas sanitarias impulsadas para combatir ambos vicios. Según datos socializados por el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, más de la mitad de las familias cubanas está expuesta al tabaquismo ambiental, registrándose el mayor impacto negativo entre los menores de edad.

Las cifras son alarmantes. El 51% de las embarazadas, el 50% de los niños y el 60% de los adolescentes son fumadores pasivos; niveles que obligan a abordar el flagelo como un problema de Salud Pública. En este sentido, varias han sido las propuestas emitidas por el Programa Nacional de Tabaquismo; desde potenciar acciones de carácter educativo-preventivo para incentivar en niños y jóvenes una cultura de rechazo al tabaquismo, hasta elevar los precios de los paquetes de cigarrillos, que se comercializan en Cuba con una amplia gama de ofertas para todos los gustos y niveles adquisitivos.

En treinta años muy pocas resoluciones ministeriales han sido aprobadas para prohibir el consumo de tabaco en lugares públicos y cerrados (instituciones de salud, educativas, culturales y deportivas; transporte público; empresas; etc.); pero su implementación ha sido meramente figurativa y el incumplimiento de las mismas perjudica a los ciudadanos no fumadores que se hallan expuestos al tabaquismo pasivo sin el menor asidero legal.

Las personas consumen tabaco y alcohol en todas partes y a toda hora. El número de adolescentes que fuman a la salida de la escuela, burlando la vigilancia de padres y maestros, ha crecido en proporción a la liberalidad con que los adultos cultivan ambas adicciones y el Estado provee la mercancía a precios irrisorios, en comparación con lo cara que resulta la alimentación en la Isla.

Es una paradoja terrible que el paquete de cigarros más barato cueste 7 pesos y que todavía existan lugares donde por un peso se puede comprar una línea del ron más abominable; mientras en el conglomerado militar TRD (Tiendas Recaudadoras de Divisas) el tubo de picadillo más barato cuesta 0.80 CUC (20 pesos), una sola hamburguesa de cerdo 0.35 centavos CUC (8 pesos) y un kilogramo de pollo 1.80 CUC (45 pesos). En el agromercado, un bistec de cerdo vale 10 pesos y ni hablar de los granos, verduras o frutas que se venden por libra, a precios criminales y con calidad cuestionable.

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