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Nadie sabe quién creó el nuevo lenguaje cubano de señas para detener un taxi, o cómo se actualiza con rapidez, convirtiéndose en conocimiento necesario para tener éxito a la hora de atrapar un taxi en La Habana.
El nuevo lenguaje extraverbal establece una comunicación entre taxista y cliente, sin la necesidad de detener el auto para que el pasajero y el chofer conozcan el destino de cada uno.
Hay quienes aseguran que el nuevo código de señas para atrapar un “almendrón” fue creado por los clientes. Otros afirman que los choferes, con la intención de ahorrar tiempo crearon las señas para no detenerse de forma continua. Lo innegable es que la fuerza mayor de su surgimiento se encuentra en la peculiaridad del servicio de rutas que ofrecen los taxis utilizados por el pueblo.
Quizás Cuba sea el único país donde el cliente, antes de abordar el taxi, debe preguntar al conductor hacia dónde se dirige, y no lo contrario, como es habitual. Con un precio de 10 a 20 pesos (dependiendo de la distancia), los taxis usados por los cubanos circulan por unas 20 rutas que por lo general atraviesan de dos a tres municipios de la capital. Transitan en viajes de ida y vuelta como minúsculas guaguas de transporte de pasajeros, y solo se desvían de su itinerario si algún pasajero ofrece un pago de exclusividad.
La ruta que comienza en Prado y Neptuno, Habana Vieja, hacia el oeste de la capital, tiene diferentes destinos que se deben identificar desde el inicio y a lo largo del camino para evitar errores en el itinerario. El recorrido desde Neptuno puede llegar hasta el municipio Playa, Marianao o La Lisa. La cuestión consiste en saber por cuáles de las cinco avenidas de enlace el taxi llega a su destino. Es entonces cuando el nuevo código de señas funciona sin la necesidad de articular palabras.
Un código casi obligado
Humberto, taxista de la ruta Habana Vieja-La Lisa, sufrió en carne propia el desconocimiento del código en la rut
“Yo como chofer me pase tremendo rato en La Palma para coger un taxi, no sabía que la señal recta era para el Vedado y la otra para La Habana Vieja (…) Cuando paró el taxi fue que me lo explicaron”.
En una ciudad que padece de crisis de transporte de pasajeros de forma crónica, conocer este nuevo código podría ser un alivio a la espera.
El propio Humberto reconoce que no se detiene si no le hacen la seña indicada. “Uno sigue de largo porque está indeciso y dice, ‘lo que me va es a hacer perder tiempo’”.
Actualización de las señas
En julio del pasado año el gobierno dispuso el acuerdo No. 185 sobre la prohibición del incremento del precio del pasaje, elevado después del aumento del precio del combustible. La medida gubernamental originó el llamado “picotillo” en las rutas habituales de los taxis. La nueva forma finaliza el viaje a la mitad de la ruta y lo recomienza en el mismo sitio, una forma de obtener mayores ganancias.
Con el “picotillo” surgió la última señal que actualizó el código cubano. Apuntando de forma repetida con el índice hacia el suelo, se establece que el destino del pasajero o chofer es corto, se queda en el mismo municipio.
Aún sin bautizar, este nuevo código es otra de las formas que tienen los cubanos de convivir con las rarezas de una isla llena de inventos que solventan las dificultades y prohibiciones en que viven sus habitantes.
Publicado en:https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/asi-funciona-el-curioso-sistema-de-senas-para-los-boteros-de-la-habana/
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