Para el que no la haya conocido, esta celebre foca fue la gran atracción y emblema del Acuario Nacional de Cuba. Casi siempre los niños allí reunidos al verla coreaban su nombre y ella complacía a todos con sus piruetas, regalando flores o besando a los más pequeños aun a pesar de su corta vista.
Lo que pocos saben es que no era una foca sino un lobo marino (Arctocephalus pusillus).
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