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El cubano y sus monedas



No hay que ser un economista para imaginarse lo complejo que debe ser el proceso de reunificación monetaria pero tampoco hace falta ser un especialista para comprender el caos que provoca la existencia de 2 monedas con 4 tasas de cambio diferentes.

Así que cuando los economistas del gobierno afirman que la unificación monetaria y cambiaria “no es fácil” dicen algo que todos los cubanos saben. Lo que le interesa a la nación en su conjunto y a los empresarios extranjeros que trabajan con Cuba es cuándo.



La desaparición del CUC no afectará directamente el poder adquisitivo del cubano de a pie, lo máximo que hará es mostrar más diáfanamente lo poco que ganan respecto a los precios de las tiendas del Estado, cuando cobran $ 20 diarios y pagan el litro de aceite a $ 60.

Socialmente cuestionará también el 240% de impuesto que se aplica a todos los productos (incluyendo los de primera necesidad), el cual, originalmente buscaba redistribuir riquezas entre quienes recibían dólares y los que no tenían acceso a esa moneda.

A los empresarios extranjeros se les hace muy complejo tener 2 monedas y 4 tasas de
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cambio. Foto: Raquel Pérez Díaz

A los empresarios extranjeros se les hace muy complejo tener 2 monedas y 4 tasas de cambio. Foto: Raquel Pérez Díaz

Pero lo cierto es que a la mayoría de los cubanos les duele lo mismo pagar $ 60 que CUC 2,40. Es la macroeconomía la que se vuelve irracional al punto de caer en un caos, que provoca una perversa dilapidación de los recursos de la nación.

La tasa en las casas de cambio es de 24 pesos por 1 cuc, moneda convertible cubana que tiene casi el mismo valor que el dólar o el euro. Pero en el sector empresarial estatal la tasa de cambio oficial es de $ 1 x 1 CUC, lo cual distorsiona la realidad económica.

Otras veces he puesto el ejemplo de hoteles que producen millones de dólares y, sin embargo, aparecen como irrentables porque con esa tasa de cambio (1X1) les resulta imposible pagar los salarios de los empleados, los insumos, el agua y la corriente eléctrica que consume.

Por esa misma tasa cambiaria, una empresa que importa tela para frazadas de piso a U$D 0.10 y las vende a CUC 0,80 parece muy rentable. Sin embargo, cuando se lleva la operación a la tasa real (24×1), resulta que está vendiendo el producto 3 veces por debajo del costo.

Una unificación monetaria quebraría muchas empresas deficitarias y provocaría desempleo. Un empresario extranjero me decía que sería más barato mandar la gente a su casa pagándole el salario que mantener esas fábricas consumiendo petróleo, electricidad y agua.

Para los cubanos los precios de las tiendas son igual de altos en pesos que en CUC. Foto: Raquel Pérez Díaz

Para los cubanos los precios de las tiendas son igual de altos en pesos que en CUC. Foto: Raquel Pérez Díaz

Otra deformación económica producida por las diferentes tasas de cambio me le cuenta un empresario cubano. Él está obligado a traer un técnico desde el extranjero para reparar una maquina a un costo de U$D 8 mil cuando un cuentapropista le ofrece hacer el mismo trabajo por $ 30 mil (unos U$D 1500).

El problema es que al autónomo cubano solo le pueden pagar en pesos, y el Estado valora el peso a 1×1 con el dólar, con lo cual parecería que le abonan 30 mil dólares. Esta tasa de cambio ficticia obliga a la empresa estatal a pagar 7 veces más a un técnic

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o europeo y en divisas.

Además hay que contar con que la producción estará parada por un buen tiempo porque para poder contratar temporalmente a un técnico de otro país se necesita que viaje con una visa de trabajo, un trámite migratorio que en Cuba se demora alrededor de un mes.

Si el empresario cubano se salta las normas buscando la solución más rápida y barata incurre en una grave ilegalidad que le puede costar el cargo. En este mundo del revés lo más “inteligente” es acatar las órdenes sin pensar en las nefastas consecuencias que pueda tener para la nación.

Imaginemos la cara del inversionista extranjero al que le digamos que tiene que lidiar con 4 tasas cambiarias, la oficial las casa de cambio, otra 24 veces menor entre empresas del Estado, además de la variante para pagar los salarios en Mariel y la que rige en el comercio campesinos-hoteles.

Dicen los economistas que unificar la moneda “no es fácil” y yo no tengo los conocimientos necesarios para rebatirlo. Sin embargo, me atrevo a dudar que las consecuencias puedan ser más graves y costosas para la economía nacional que la actual dualidad monetaria.


Publicado en:https://cubanosporelmundo.com/blog/2016/01/28/el-cubano-y-sus-monedas/

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