Hay tiendas del gobierno que comercian confecciones y calzado en divisa, pero generalmente de inferior calidad, con diseños repetitivos, anticuados, a precios muy altos; por lo que apenas venden.
Existen también algunas boutiques en la capital que ofrecen ropa y calzado de reconocidas marcas extranjeras y buena calidad pero con tan elevados precios que esas mercancías apenas tienen salida y literalmente se pudren en perchas y vidrieras.
“Vestir a la moda es una desgracia, todo muy caro. Unos zapatos Adidas cuestan sesenta CUC o más. Unos jeans, hasta c
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incuenta dólares. Si mi salario es de doscientos cincuenta pesos mensuales, unos diez dólares. ¿Cuántos meses tendría que trabajar solo para comprarme una muda de ropa? La disyuntiva es: si vistes, no comes”, comenta Salvador Valle Carbó, de 26 años, residente en Campo Florido, municipio Habana del Este.
Extremo casi grotesco es la venta estatal de ropas usadas obtenidas por el gobierno en el exterior por donaciones y compras. Se comercian colocadas en percheros y amontonadas en cajones en tiendas. A mejor precio que en otros establecimientos, sí, pero comercializadas de un modo tal que llueven las quejas de clientes porque muchas de esas prendas están demasiado gastadas, rotas o descoloridas.
La pujante y competitiva industria textil cubana colapsó en 1959. El gobierno mantiene algunos talleres para la confección de uniformes militares y escolares.
El declive de la industria de la moda de antaño, del buen gusto en el vestir, marcha a la par que el declive de valores ciudadanos. Como si se hubiera perdido el gusto por el buen vestir. Hoy no causa extrañeza ver a personas concurrir al cine, teatro, muse
o, restaurante, consulta médica u otro lugar público con indumentarias ofensivas al recato, a la compostura ciudadana, al punto que en tribunales de justicia y algunos otros lugares oficiales han tenido que colocar carteles que prohíben entrar con ropas inadecuadas.
Y por si todo esto no bastara, la Aduana intenta frenar con altos impuestos la introducción por particulares, principalmente desde Ecuador, Panamá y los Estados Unidos, de paquetes con ropas y calzado que hacen la competencia a las ventas estatales porque son prendas más a la moda y con mejores precios.
Publicado en:http://www.diariodecuba.com/cuba/1454014511_19812.html
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