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Raúl Castro, el alacrán sobreviviente
Hay que reconocer el enorme poder de supervivencia del Gobierno cubano.
Desde los inicios de la revolución su gran batalla ha sido mantenerse a flote, en medio de desastres históricos y su propia ineficiencia.
La caída del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética parecían el golpe de gracia para el castrismo. Sin embargo, con resistencia a toda prueba, el gobierno de La Habana buscó salidas y descargó todo el peso de su sobrevivencia en el pueblo cubano con el Período Especial en Tiempos de Paz en la década de los 90.
Los efectos del Período Especial fueron brutales. Los envíos de petróleo crudo pactados con la Unión Soviética dejaron de ser recibidos por Cuba después de 1991. Como consecuencia, la economía cubana sufrió importantes restricciones en la importación del crudo.
Chávez
Pero en 1996 ya estaba Hugo Chávez en el gobierno, con la mano extendida para el rescate de Fidel Castro proporcionando el chorro petrolero que la Cúpula gobernante de Cuba tanto necesitaba y que ?pese a la crisis del país bolivariano? sigue fluyendo hacia las arcas castristas.
El petróleo para Cuba fue uno de los primeros acuerdos bilaterales firmados por Chávez y uno de los que más ha generado controversia. Se inició con el envío de crudo venezolano a cambio de la prestación de servicios médicos y se fue ampliando hasta abarcar numerosos sectores de la economía.
PDVSA reportó que en 2011 Venezuela suministró 96 300 barriles por día (b/d) de crudo a Cuba, volumen que se ha mantenido estable, pese a que la modernización de la refinería Cienfuegos, un proyecto binacional emprendido en la isla en 2007, supondría una reducción de los envíos venezolanos.
Tras varios refinanciamientos de la factura durante los primeros años del convenio, se pactó que Cuba pagara el petróleo con servicios que presta a Venezuela, principalmente asesorías y el trabajo de miles de profesionales que laboran en institutos oficiales o en los todavía vigentes programas sociales de Chávez.
Por otra parte, la asesoría de los cubanos a las fuerzas armadas ha sido vital para mantener la represión contra el pueblo venezolano.
El alacrán
Raúl Castro dice que se va el próximo febrero, pero antes trata de nuevo de meter sus manos en la economía.
Podría resultar como el cuento del alacrán, que no puede con su alma y se ahoga al picar a quien lo está llevando hacia la orilla.
Debido al temor de perder Venezuela en el futuro, La Habana ha abierto de nuevo, tímidamente, el mercado internacional a socios siempre ávidos de hacer negocios con Cuba.
Tentativamente se han aprobado 12 nuevos proyectos en la zona de desarrollo del Mariel, con 31 usuarios autorizados que aportarían un monto de inversión superior a los mil 100 millones de dólares.
Recientemente, el ministro del Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca dijo que La Habana ha recibido unos 2000 millones de dólares de inversión extranjera en lo que va del año.
Pero la cantidad es poca. Las autoridades cubanas han indicado en varias oportunidades que la Isla necesita más de 2500 millones de dólares de inversión extranjera anuales para desarrollar su modelo. Este modelo enfrenta actualmente dificultades de liquidez, altos precios de importaciones y el comienzo de una recesión.
Muchos inversionistas olvidan los problemas que han tenido en el pasado con el Gobierno cubano, donde, incluso algunos, han sido encarcelados.
Mientras tanto, el régimen cubano, como el alacrán, continúa ahogando las iniciativas de los cuentapropistas, que superan el medio millón de personas, aplicándoles fuertes impuestos y multas, aplastando un mercado que podría ser floreciente si no tuviera tantos gravámenes.
Publicado en:https://www.cubanet.org/colaboradores/raul-castro-el-alacran-sobreviviente/