Las medidas adoptadas en Cuba con el objetivo de minimizar los riesgos de accidentes fue la de enviar a los interesados en obtener licencias de conducción a la Escuela de Automovilismo. Una vez concluida la preparación en dicha escuela donde te capacitan teóricamente para obtener el máximo de calificación en el examen teórico que se lleva a cabo en las oficinas de tránsito a lo largo del país. Eres sometido a una prueba computarizada de todos los contenidos que recibiste en la escuela de automovilismo. En estas pruebas no hay forma de engañar a la oficial encargada de realizar los exámenes, todo es automatizado y el cuestionario de preguntas tiene un orden consecutivo y según avanzas vas obteniendo calificación. Una vez aprobado el teórico te entregan el documen
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to que así lo acredita y es entonces cuando las cosas se comienzan a poner feas “El Práctico”. Este examen es al que todos le temen, los examinados como le llaman en Cuba se hacen los estrictos y no dudan en suspenderte hasta por no colocar el espejo en la posición correcta. Te obligan a sentirte nervioso, pues tienen la facilidad de impresionarte con el carácter, con la forma de hablar y hasta con los comunicados que emiten cuando se pretende iniciar el círculo de exámenes. Según se escucha de calle, personas han salido suspensas por cosas que pudieran haberse manejado “un intermitente no encendido, un parqueo no perfecto, un apagón del carro, una señal de mano”. Esto pudiera categorizarse como una advertencia y no un motivo para hacerte pedazos tus esfuerzos.
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Pero bueno ellos son la ley y con la ley nadie juega. Ellos hacen y deshacen a su antojo. Obligándote a aflojar los “fulas” como se dice en Cuba. Cuando el cubano se cansa de suspender o sea las dos primeras oportunidades que emite la ley, pues a la tercera va la vencida y es ahí donde viene el pago mayor. Ya las cosas van más que cuadradas, como el supuesto examinador recto, incorruptible e inteligente no puede aceptar dinero en el área de parqueo. La persona que le va a dar su remuneración bien se la entrega en el auto cuando el sale a examinar o se la deja en su casa como gratificación por el “aprobado”. En Cuba más del 50 % de personas han obtenido su licencia de esta manera. Pero es difícil de atrapar a una de estas personas que a la vista son intachables
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pero en la oscuridad son corruptos. Según palabras de una persona que no dio su identidad: Manifiesta haberle sucedido algo parecido, la diferencia es que su licencia era para motos, algo mucho más sencillo. Esta persona suspendió sus dos primeros exámenes y al tercero se las ingenió para buscar un allegado al examinador y lo consiguió. El examinado le pidió a lo crudo, 30 cuc y 20 litros de gasolina para su vehículo. Miren esto, un examinador que no lo gana es un salario común y corriente en Cuba con un vehículo. Es increíble lo que se ve, lo que se escucha, pero desgraciadamente muchas veces la culpa la tiene el cubano. Pues cuando no puede obtener las cosas ofrece para conseguirlas y es ahí donde comienza la cadena del yo te cobro y es interminable.
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