La disidencia cubana debe unirse y tener un proyecto de país.
Por Yusmí Rodríguez
HAVANA TIMES ? Ogsmande Lescayllers vivió veinte años fuera de Cuba (1990-2010). El motivo: una acusación de contrarrevolucionario, cuando era profesor de la Universidad de La Habana.
Ogsmande: No soy comunista y lo expresaba. Soy cristiano. Cuestioné que no se estudiaran otras filosofías además de la marxista. Fui acusado de atentar contra la Revolución, y juzgado, sin tener ni abogado defensor. Pedían diez años, cumplí año y pico. Cuando salí, no conseguía trabajo. Soy ciudadano español y francés. Emigré en 1990.
HT: Fuera de Cuba, sumó a sus títulos de Doctor en Derecho, licenciado en Historia del Arte y en Literatura Hispanoamericana, los de master en Relaciones Económicas Internacionales, en Gestión y Dirección de Empresas Turísticas, y de licenciado en Ciencias Políticas. Fue jefe del Departamento Económico de la Editorial Planeta, del Departamento de Formación y Marketing de City Groups y corresponsal del Diario Las Américas. Posee una empresa de importaciones y exportaciones, y la Editorial Calibán.
Pero Ogsmande es, sobre todo, un escritor con más de treinta libros publicados.
Ogsmande: Escribo por una necesidad del espíritu. No por las publicaciones ni los premios. No sé para qué ni para quién.
HT: Vino en 2010, a atender a su padre enfermo, en Bayamo. Decidió quedarse y no tuvo problemas. El trámite es simple (para quienes disponen de 100 CUC). La persona debe demostrar que no ha participado en ningún acto hostil contra el Gobierno de Cuba, disponer de vivienda o demostrar que será acogido por un familiar, y dirigirse a Emigración con dos sellos de 50 CUC para llenar los papeles de solicitud. El Gobierno cubano se reserva el derecho de otorgar o no la repatriación a ciudadanos cubanos emigrados.
Ogsmande: Quise trabajar y me permitieron escribir en una revista cultural. La secretaria del Partido me dijo: ?será vigilado?. Respondí: ?vigílenme; yo los vigilaré también?. Renuncié. No he vuelto a solicitar trabajo.
Para que haya buenos lectores HT: ¿Cómo funciona el mundo editorial en el extranjero?
Ogsmande: Pertenezco al gremio de editores de España. Fui delegado de la Editorial Océano para la comunidad de Madrid, jefe del Departamento Comercial de Pasacalpe, y fundé Calibán Editores. El libro es un negocio, como el cine que es arte, industria y comercio. Las grandes editoriales casi siempre están interesadas en intelectuales más reconocidos. Me parece cruel, porque muchos, aunque tuvieron una gran obra, ya no dicen nada, mientras escritores jóvenes talentosos permanecen desconocidos. Los catapultan las pequeñas editoriales; cuando tienen un poco de demanda, se interesan las grandes editoriales.
HT: Pero algunos escritores cubanos han llegado a las grandes editoriales a pesar de ser prácticamente desconocidos
Ogsmande: Funcionan un poco los temas políticos. A Zoe Valdés empezaron a publicarla porque era una figura política. Padura no lo es, pero ese mundo lo atrapa y lo convierte en figura política. Además, son buenos escritores, como Pedro Juan Gutiérrez. Pero a la editorial no le interesa solo eso. Hay escritores buenos que no venden, y las editoriales quieren vender. El factor suerte también es importante. Creo que la literatura escrita en Cuba es de las buenas de América, pero le falta divulgación.
HT: ¿Hay lugar para la poesía en las grandes editoriales?
Ogsmande: La gente lee mucha poesía en el mundo. Es cuento que no se vende. Pero el poeta debe saber hacer una buena selección de sus textos. En Calibán le hacemos propuestas al autor, como editores, sobre qué es más vendible y qué no, sin imponer. El autor paga alrededor de 300 euros; en la primera edición, de unos 500 ejemplares, recupera tres veces su inversión. Hacemos varias presentaciones del libro; en estas se venden todos los ejemplares. También existe la posibilidad del libro digital; el dinero de cada libro vendido va a la cuenta del autor, la editorial no gana nada.
HT: ¿Y si la editorial considera que el libro es malo, lo publican igual, por el dinero? ¿No rechazan libros?
Ogsmande: Decimos al autor que lo trabaje, lo ayudamos. Orientamos. No reescribimos libros. Rechazar es irrespetuoso. Nuestro interés no es simplemente ganar dinero (que es bien poco), sino divulgar la literatura.
HT: Percibo que cada vez las personas quieren leer menos y más rápido. Aquí, en las ferias del libro, se están vendiendo más libros de cocina, souvenirs y esas cosas, que literatura. He escuchado gente decir que va a la feria a pasear y a comer pollo. ¿Será el lector una especie en peligro de extinción?
Ogsmande: Al contrario. Pero para que haya buenos lectores debe haber buena literatura. Hace mucho que no iba a una feria. Fui a la de Granma el año pasado y era un desastre, mal organizada. Tengo experiencias en las ferias de Frankfurt, Guadalajara? La de Madrid dura tres meses. La gente come, naturalmente, pero las colas para los libros son enormes. En el metro, ves a la gente con su libro o leen en el tablet, el móvil. Aquí se ha perdido el encanto por la lectura, que no puede lograrse por campaña. Repito: hace falta buena literatura. Esos libros de discursos, que si fui a la guerra y tiré tres tiros? No son literatura.
Si algo va a cambiar HT: ¿Piensa sobre el sistema como veinte años atrás?
Ogsmande: Todo cambia. Hay que cambiar y creo que el Estado cubano puede hacerlo. La única manera de mantenerse en el poder es cambiando las cosas
HT: ¿El Gobierno cubano podría conservar el poder, si permitiera a los partidos políticos que existen participar en elecciones, y libertad de expresión?
Ogsmande: De hacerlo bien, sí. Si me niego a cambiar, voy contra quienes quieren cambiar, que son mayoría. Quizás, van a elecciones y logran un nivel de preferencia alto; quizás, no. Eso es la democracia.
Sobre esta, tengo mi propio concepto. Es un juego de títeres: sube el Partido Popular, baja el Partido Socialista Español (PSOE). En EUA, los republicanos y los demócratas mantienen la balanza. Aquí es uno solo. Hay otros no reconocidos. Peor: no reconocer algo que existe es como pasar por el bosque sin ver los árboles.
HT: Usted afirma, en un artículo, donde critica a Yoani Sánchez, que el pueblo cubano eligió su destino hace 50 años. ¿Eso no contradice lo que ha dicho: que la mayoría quiere un cambio?
Ogsmande: Quizás la palabra ?pueblo? no es la más adecuada. Pienso que el juego político de Cuba se hace en Cuba. Ni Estados Unidos ni España ni la UE ni América Latina, van a cambiar nuestro país. Si algo será diferente, será por los cubanos que están aquí.
Quienes viven fuera pueden apoyar y ayudar. Pero quienes realmente tienen que enfrentar la situación, porque saben cómo viven, son los de dentro. También estoy contra el bloqueo, porque quien sufre es el pueblo.
HT: ¿Piensa que solo el embargo es responsable de nuestros problemas económicos?
Ogsmande: Influye. Pero lo principal es nuestra inoperancia: de los de arriba y los de abajo. Las personas aceptan un trabajo, por un sueldo alto o bajo, y lo hacen mal o se roban las cosas para venderlas. ¿Cómo puede un aguacate costar 10 pesos; una libra de tomate, 15, y una de puerco 25, 30, 40 pesos, si casi todos los salarios están entre 300 y 500 pesos? Una cerveza cuesta 1 CUC (25 pesos) o más. El Estado coopera con esta situación.
HT: En un artículo afirma que los cambios realizados por Raúl Castro son acertados y no superficiales. ¿Cómo han beneficiado al pueblo?
Ogsmande: Ahora pueden comprar y vender casas, carros, tener pasaporte aunque no les den visa por ahí; eso no es culpa de Raúl. Comenzó bien; escribí eso casi cuando él tomó el poder. Pero el modelo económico es un fracaso. Habló de actualizarlo, ¿cuándo?
Quise invertir en un momento cuando los cubanos no podían. Ahora no quiero. Debes poner el dinero en un banco de Cuba; ellos te proporcionan los trabajadores. Lo primero que me dijeron fue que había una bolsa. Dije que a mis trabajadores los elegía yo, pues yo les pagaba. Pero no podría pagarles directamente.
HT: ¿Quería contratar extranjeros (como ocurre en el hotel Manzana de Gómez) o cubanos residentes aquí?
Ogsmande: De aquí; son los que necesitan la plata.
HT: ¿Qué piensa de la oposición cubana?
Ogsmande: No hay unidad. Una cosa es la diversidad, y otra andar dispersos. La disidencia cubana debe unirse y tener un proyecto de país. Y muy importante: no esperar que otros vengan a resolvernos el problema.
Publicado en:http://www.havanatimes.org/sp/?p=122652
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