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“Trilogía sucia de La Habana” llega a Cuba 20 años después.



Trilogía sucia de La Habana, de Pedro Juan Gutiérrez (Matanzas, 1950), llega a Cuba dos décadas después de su publicación en España. El texto, un brutal retablo de las penurias del “periodo especial”, le costó a su autor dos décadas desterrado de las letras cubanas.

La Trilogía, publicada ahora en la Isla por Ediciones Unión, se presenta este viernes en la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, se espera que los primeros 3000 ejemplares del libro se vendan rápidamente en la Feria Internacional del Libro de La Habana, ya que se ha creado una gran expectación entre el público.

El libro fue editado inicialmente por la española Anagrama en 1998, ha sido traducido a 22 idiomas y distribuido en más de cien países. Su autor explicó  que cuando salió en España, en Cuba “se formó una barahúnda tan grande que pensó que le iba a llevar mucho más tiempo que se publicara”. Sin embargo, Gutiérrez se prometió a sí mismo que vería publicados “en vida” todos sus libros en su país.

Trilogía sucia de La Habana escandalizó en aquel entonces a la cúpula cubana por la imagen que proyectaba de los más desfavorecidos de la sociedad de la Isla, los más golpeados por las necesidades del periodo especial, aquellos años 90 en que la isla tocó fondo tras la retirada de los subsidios soviéticos.

El autor relató en su libro la prostitución, proxenetismo, promiscuidad, violencia y hambre que se vivió en la dura cotidianeidad de Centro Habana en la época, una lucha despiadada por la supervivencia, en la que muchos aparcaron sus principios morales.

Cuando terminó de escribir su libro Pedro Juan Gutiérrez cuenta que fue “tremendamente machacado” por su pecado: dar voz a los “antihéroes” de los que no habla la prensa estatal, que solo resalta la visión “continuamente heroica del día a día”. Recuerda el escritor, que después de que “Pasó lo que pasó, lo dejaron en la calle, fueron unos años bastante desagradables”

A su juicio, es imposible comprender la sociedad cubana de hoy sin los cambios psicológicos que le imprimieron los duros años noventa. “Hubo todo un cambio en la moral, la ética, los conceptos sociales de la gente, de cómo enfrentar la vida (…). Se habla mucho del periodo especial desde el punto de vista económico, de las necesidades que se pasaron, del hambre. Pero no se habla de estos cambios y cree que sería importante que lo hicieran, ya es hora”.

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